Degustando el tradicional licor ouzo de Plomari

Nada captura más la esencia de Grecia como el ouzo. Puedes imaginarte la escena. Una taberna con vista al mar, mientras el sol comienza a esconderse en el horizonte. Se vierte un líquido cristalino en un vaso y, en caída, un cubo de hielo, que emite instantáneamente mágicos espirales de color blanco. Al sonido de las cigarras con sus chirridos en el fondo, tomas un sorbo. Sabe a camaradería, risa, música y sol; escuchando el ruido de los dados de backgammon y de las cuentas del kombolói girando; y a veces el silencio más feliz. Independientemente de la época del año, te transportarás instantáneamente al legendario verano griego.

La isla de Lesbos es el corazón de la producción de ouzo en Grecia, pero para sentir su pulso hay que dirigirse a Plomari, en la costa sur. La elaboración de ouzo aquí puede rastrearse desde el siglo XIX, cuando las familias mercantes de Asia Menor se establecieron y comenzaron a producir el destilado con aroma de anís en alambiques de bronce o cobre. Cada una agregó su propia personalidad en las mezclas secretas de hierbas y especias que dieron diferentes versiones del sutil sabor a regaliz. Nació una leyenda y un país que ha estado celebrando desde entonces.

Entonces, ¿qué mejor manera de aprender sobre este licor único a base de uvas o cereales que visitar una destilería en Plomari? Serás testigo de los procesos de producción (tradicionales y modernos), aprenderás cuándo se agrega el anís y qué hierbas y especias dan el mejor resultado: semillas de hinojo, anís estrellado, almáciga, cardamomo, cilantro, clavo, canela y sal de salinas locales de Kalloni. Definitivamente no hay otra manera, excepto quedarse con la fórmula secreta.

Después de probar el ouzo, seguramente comprarás una botella o dos. E inmediatamente querrás encontrar una taberna junto al mar y pedir un meze de mariscos, saborear por ti mismo la camaradería, la risa y el sol... y el silencio más feliz que el ouzo puede brindar.