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El Olimpo, la montaña más alta y majestuosa del centro de Grecia, es un mundo en sí mismo. Incluso si no llegas a la cumbre, hay mucho por descubrir: senderos suaves, rincones escondidos, árboles imponentes, flores silvestres y rocas díscolas, por encima y por debajo de las nubes. Puedes recorrer las estribaciones en coche o bicicleta de montaña, pero en definitiva, las mayores recompensas se las llevarán los excursionistas que se atrevan a explorar los impresionantes picos.
Solo las aves (y los aviones) vuelan más alto que el Mytikas, el más alto de los picos del Olimpo. El Mytikas, junto a las otras cumbres ligeramente más bajas —Skolio, Stefani, Skala y Prophitis Ilias—, conforman esta gran cordillera, frecuentemente tapada por las nubes. Pero cuando se despejan, no hay una vista más deslumbrante que el contraste entre estos espectaculares chapiteles naturales y el firmamento azul profundo. Al fin y al cabo, desde los días de Homero, "brillante" ha sido uno de los significados de la palabra Olimpo.
Tal y como Homero describiera el brillante palacio de los dioses de la antigua Grecia, "El Olimpo no es azotado por los vientos ni mojado por las lluvias, ni tampoco lo cubre la nieve. Permanece siempre bajo un cielo sin nubes y una resplandeciente claridad la envuelven" (La Odisea, VI, 41). Esta claridad también inspira a los escaladores del presente. Con el equipo adecuado (y un poco de determinación), cualquier persona razonablemente en forma puede llegar a la cima, a un paso lento pero seguro.
Entenderás de inmediato por qué el Olimpo es el primer y más importante parque nacional del país. Desfiladeros y crestas, gargantas y mesetas, cuevas profundas y rocas intimidantes dan lugar a imágenes alucinantes. Pero aquí hay mucho más que solo fotogenia. El Olimpo es hogar de más de 1.500 tipos de plantas (algunas endémicas), docenas de especies animales y muchas aves raras.
Prionia, a 1.100 msnm, es el lugar elegido por la mayoría de los excursionistas para comenzar el desafío de escalar el Olimpo. Puedes llegar en coche, pero de ahí en adelante, estarán solo tú y tus piernas. Alternativamente, puedes tomar el sendero E4 en Litochoro y atravesar la garganta de Enipeas. En tres horas de caminata se alcanza el refugio Spilios Agapitos, y luego de otras tres, se llega al pico Mytikas. Sin embargo, no estás obligado a completar el recorrido en un solo día.
El ascenso comienza en el desfiladero formado por el río Enipeas, sobre el pueblo de Litochoro. Después de aproximadamente cuatro horas de caminata, llegarás al famoso monasterio de Agios Dionysios, que ha estado allí desde mediados del siglo XV. Manteniendo la mirada fija en la cúpula, te llenarás de valor y continuarás la escalada.
Cuenta la mitología que Stefani —el pico con forma de corona como su nombre lo indica— era el lugar del trono de Zeus. Aquí, en la atmósfera embriagadora y el aire rarificado del Olimpo, la mitología perdura hasta nuestros días. Al anochecer, bajo la luz tenue de la luna, podrás distinguir un perfil masculino de nariz aguileña y cabello largo. Algunos dicen que se trata del mismísimo gobernante de los dioses.
Un maratón moderno ha revivido la ruta de los antiguos griegos quienes, una vez al año y en honor a su amado dios Zeus, hacían el viaje a los picos del monte Olimpo. El maratón arranca en el sitio arqueológico de Díon, a solo 5 msnm, y alcanza una altitud de 2.780 msnm, apenas debajo del Trono de Zeus.