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Quíos se ha forjado un nombre gracias a sus "pueblos de mástique" y orgullosos capitanes. Sin embargo, es una de las islas más inexploradas del Egeo Norte, y está llena de secretos, sorpresas y tesoros escondidos. Bendecida por la naturaleza y la historia, Quíos es fragante, auténtica e irresistible. Cuando vengas de vacaciones, prepárate para dejar atrás un pedacito de tu alma.
Descubre paredes altas erigidas por albañiles expertos, puertas ornamentadas con hermosos arcos y una red de caminos estrechos en los que apenas cabe un coche. Las familias más aristocráticas de Quíos vivieron aquí, en el valle más fértil de la isla, en el lugar donde los genoveses construyeron sus mansiones en el siglo XIV.
Hay alrededor de 20 pueblos medievales de mástique en el sur de Quíos. Recorrerlos a pie es una experiencia mágica. Entre los más destacados están Pyrgi y Mesta, seguidos de Vessa, Armolia, Nenita y Patrika.
Estarás rodeado por los famosos campos de mástique, cubiertos del símbolo de la isla: el arbusto bajo con ramas extendidas y tronco doblado, emparentado con el pistachero. Para producir la resina, se hacen incisiones en la corteza del árbol (los lugareños llaman a este proceso Kentima o bordado). Esto da como resultado las "lágrimas" de mástique, las cuales gotean del tronco y son recolectadas en agosto.
El producto suave, fragante y caro es exclusivo de Quíos, y ha sido cultivado aquí desde el siglo I d. C. Además, se cree que tiene propiedades terapéuticas. Según la tradición, los árboles de mástique comenzaron a llorar cuando Agios Isidoros fue torturado en Quíos por los romanos.
El otrora fortificado pueblo bizantino de Anavatos está en ruinas, pero aún se aferra desafiante a un costado del acantilado. Es un sitio inolvidable.
Vrontados, un suburbio del pueblo principal de la isla, es famoso por sus guerras de cohetes (roketopolemos) que ocurren cada Pascua, en las que miles de cohetes son disparados desde campamentos en ubicaciones opuestas, creando un espectáculo increíble en el cielo nocturno.
El paisaje que rodea al Pelinaio, la montaña más alta de la isla, es estimulante. Allí encontrarás pueblos pintorescos y caminos de tierra que conducen a playas secretas y solitarias. Te recomendamos hacer la siguiente ruta: Kardamila-Nagos-Amades-Viki-Kambia-Kipouries-Diefha.
El monasterio más importante de Quíos (y uno de los más notables de Grecia) fue fundado en 1024 por el emperador bizantino Constantino IX Monómaco. Fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y los mosaicos de su altar, dedicados a la Virgen María, figuran entre los más bellos del mundo.
Además de su famosa masticha, Quíos ofrece una gran variedad de productos locales y sabores auténticos. La riqueza culinaria de esta isla incluye mantequilla y quesos (como el mastelo), cítricos (mandarinas), ouzo y licores aromáticos, vinos de excelente calidad, dulces locales, pasteli (una barra de sésamo y miel) y, por supuesto, abundantes mariscos y pescados frescos.