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¿Estás buscando un lugar puro y prístino? ¿Anhelas la sensación de simplicidad y autenticidad? ¿Te gusta la serenidad, la relajación y la recreación al aire libre? ¿Eres un fanático del buceo y la escalada? Bueno, si tu respuesta a alguna de estas preguntas es sí, entonces Kálimnos es la joya escondida en el Egeo que debes descubrir.
En la árida y rocosa Kálimnos, el mar siempre ha sido la única salida para sus habitantes. El lecho marino del Egeo brindó de manera generosa sus esponjas a los kalimneses, quienes agradecidos comenzaron a recolectarlas. El momento exacto en que los kalimneses comenzaron a pescar esponjas se pierde en las brumas del tiempo. Pero hoy día, cuentan con una de las flotas pesqueras más grandes del Egeo, capturando alrededor de 30.000 esponjas cada año. Podrás ver las numerosas especies de esponjas, así como presenciar las diversas etapas por las que pasan antes de llegar al mercado.
Hogar de algunas de las paredes de roca más hermosas de Europa, Kálimnos es reconocida a nivel mundial por sus impactantes pero seguros 60 sitios de escalada. Las rocas de la isla tienen una excelente tracción y las zonas de escalada son de fácil acceso. También hay 1.300 rutas de senderismo marcadas que esperan ser exploradas. ¡Kálimnos es el paraíso de los aventureros en el Mediterráneo!
El Festival Internacional de Buceo se lleva a cabo en Kálimnos cada año. Las imágenes de mundos mágicos como Nera, Télendos, Platy y la cercana isla de Pserimos, se grabarán de forma permanente en tu memoria a medida que exploras sus profundidades. También puedes visitar la antigua ciudad hundida en el canal marítimo Myrties-Télendos.
Quizás sea el fiordo más hermoso de Grecia. Un mundo profundo, maravilloso y centenario cautiva a los visitantes. El valle, arropado por un manto de mandarinas y naranjos, desciende hasta las aguas del Egeo. Desde el Neolítico los humanos han estado dejando su marca aquí.
Un terremoto en el año 554 d. C. cortó un trozo de Kálimnos, que se hundió bajo las aguas en Pothaia y creó la cercana isla de Télendos al otro lado. Aún quedan ruinas y vestigios de esa época, así que durante tus vacaciones, puedes cruzar en bote el estrecho que separa Kálimnos de Télendos, darte un chapuzón y luego recorrer la isla para sentir el espíritu de una civilización perdida.
La cocina de Kálimnos se basa en la simplicidad y austeridad de los dorios. Algunos de sus platos son: el mououri (cordero relleno de arroz), el mirmizeli (biscote con aceite, tomate y queso) y las fylla (hojas de parra rellenas). ¡Mmm... delicioso!
El santuario constituía el lugar de culto más importante del santo patrón de la isla, pero también fungía como centro político-religioso de la antigua Kálimnos. Aquí coexistían los lugares de culto (tales como los templos de Apolo y Asklepios) con un teatro y un gimnasio. Está ubicado al oeste de la Hora, en el camino que conduce a Panormo. Y cuando explores la zona, te toparás con dos grandes iglesias cristianas de los siglos V y VI.