- Lugares para visitar
- Cosas que hacer
- Planifica tu viaje
- Inspírate
- Más
- ATRÁS
- Islas Griegas
- Ciudades y Pueblos
- Lugares y Monumentos
- Destinos Costeros
- Escapes Naturales
- By region
- ATRÁS
-
-
Se dice que emergió de las furiosas olas por orden del dios Apolo para dar refugio a los argonautas agotados por el mar. Hoy día, Ánafe, la hija de la música, es un paraíso para todos aquellos que buscan crear una conexión íntima con la naturaleza en su estado más virgen. Incluso el viajero más experimentado vivirá una experiencia de reflexión y relajación como nunca antes en su vida.
Las playas vírgenes, los senderos, las colinas, las capillas, los interesantes sitios arqueológicos y los edificios que dan testimonio de las habilidades de los artesanos locales, son el telón de fondo de una isla donde la gente es fiel a un estilo de vida simple, manteniendo un equilibro armónico entre tradición y modernidad. Modesta y tranquila en comparación con sus vecinas cosmopolitas de las Cícladas (especialmente la cercana Santorini), Ánafe irradia una confianza absoluta en sus sutiles encantos.
Construida a imagen y semejanza de un anfiteatro sobre las ruinas de un castillo veneciano, y ubicada a 3 km del puerto de Agios Nikolaos, la Hora (el pueblo principal de la isla) literalmente brilla. Recorrerás sus estrechos callejones, marcados por la arquitectura distintiva del Egeo y apaciguados por un ritmo relajado y pausado. Las pequeñas casas encaladas y los jardines en plena floración te recordarán a Anafiotica, el barrio a los pies de la Acrópolis de Atenas, que fue erigido por artesanos expertos de Ánafe. Disfruta de una vista al mar infinito y piérdete en reflexiones románticas al atardecer con el telón de fondo de los molinos de viento en la ladera.
El monolito más alto del este del Mediterráneo se encuentra en Kalamos, una roca caliza de 460 m de altura en el extremo oriental de la isla que constituye su atractivo natural más impresionante. "La roca más aterradora del mundo" —según un viajero francés del siglo XVIII— es particularmente popular entre rapeleros y escaladores expertos.
Otro punto destacado en Kalamos es la cueva de Drakontospilo, la cual solo es accesible a pie. Es un espectáculo fascinante ornamentado con estalactitas y estalagmitas. Mantente atento a la posibilidad de ver las manadas de focas que, según los lugareños, hacen apariciones frecuentes en la zona.
En la cima de Kalamos, al final de un camino que parte del monasterio de Zoothohos Pigi (Kato Panagia), hay otro monasterio dedicado a la Virgen María. Admirarás el escarpado e imponente paisaje que se despliega ante ti a medida que asciendes, acompañado por los graznidos de los halcones y el suave silbido del viento. Al llegar a la cima, te impresionará la vista de la elegante iglesia con su cúpula blanca y su campanario, y eso sin mencionar el indescriptible azul del mar y el cielo que se unen en el fino hilo del horizonte.
Con su belleza salvaje y sus aguas cristalinas, las playas de Ánafe ofrecen una experiencia fascinante y sin multitudes. En ellas vivirás largas horas de diversión y relajación.
En la costa sur encontrarás las playas arenosas de Agios Nikolaos, Katsouni y Klisidi. Puedes nadar en las aguas turquesas de la interminable Roukounas, una playa de tarayes, arena y guijarros. O también en las magníficas costas doradas de Flamourou y Prasies.
Las habitaciones bien cuidadas de los hoteles cubrirán tus necesidades de alojamiento en la isla. En cuanto a la comida, las abundantes raciones de pescado fresco y los platos aromatizados con azafrán producido localmente satisfarán tu apetito. Además, no puedes perderte la oportunidad de probar los deliciosos dulces hechos con miel local.
Aferrada a la escarpada costa norte de la isla, se encuentra la capilla de Agios Antonios con su llamativo arco doble en el techo. En el único templo bizantino de la isla encontrarás frescos de la Candelaria, la Ascensión y la Natividad que datan de principios del siglo XIV.
Al circunnavegar la isla de Ánafe, descubrirás playas imposibles (o al menos muy difíciles) de acceder por carretera. Pasar por Kalamos y contemplar sus imponentes rocas verticales será sin duda alguna el momento más destacado.